El descubrimiento considerado como "extraordinario" ocurrió en las costas al este de Inglaterra, después de 340 años bajo la superficie.
El hecho era sabido por dos hermanos que mantuvieron el secreto de la ubicación del naufragio hasta obtener las autorizaciones para la extracción de elementos que ahora constituyen un verdadero tesoro.
El Gloucester, un buque de guerra que transportaba al futuro Rey de Inglaterra que estuvo a punto de morir en el siniestro, se hundió al encallar en un lugar hasta ahora desconocido que fue descubierto por buzos en 2007 pero que por razones de seguridad mantuvieron el secreto hasta ahora.
El desastre cobró la vida de cientos de pasajeros y tripulantes y estuvo a punto de cambiar el curso de la historia. Sin embargo, el entonces Duque de York logró abandonar el buque y luego convertirse en el heredero católico del trono protestante, en una época marcada por agitación religiosa y política.
Los hermanos Barnwell que junto a su padre, ya fallecido, realizaron expediciones submarinas durante cuatro años, recuperaron la campana del buque, sellos del escudo de armas de la familia Legge, cañones, utensilios, vestimenta y hasta botellas de vino sin descorchar, que pasarán a ser expuestos en un museo específico. El Duque de York fue coronado Rey con el nombre de Jacobo II de Inglaterra y Jacobo VII de Escocia.